GREGORIO ROMERAL MORALES
Párroco de Consuegra (Toledo)

Natural de Consuegra (Toledo), nació el 24 de diciembre de 1873. Después de realizar sus estudios fue ordenado sacerdote el 3 de abril de 1897. Tras sus primeros nombramientos, en abril de 1913 es nombrado ecónomo de Escalona (Toledo).

“El Castellano” del 27 de julio de 1915 nos dice: “con motivo de su salida de este pueblo (Escalona) para Alcaraz (Albacete), de donde ha sido nombrado ecónomo, se le ha hecho a don Gregorio Romeral una despedida extraordinariamente cariñosa. Lo más distinguido del pueblo de Escalona salió a despedir al que fue su ecónomo querido. Deja gratísimos recuerdos que nunca se olvidarán”.

De la provincia de Albacete regresa a la de Toledo para ocupar durante quince años la parroquia de Villafranca de los Caballeros, hasta que en 1935 se retira a su pueblo natal.

En “El Castellano” del 25 de agosto de 1920 se habla de la solemne entronización del Sagrado Corazón de Jesús en el Ayuntamiento: “Después de celebrada la misa mayor en la iglesia parroquial, a la cual asistió la Corporación municipal y numerosos fieles, el señor cura párroco procedió a la bendición de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, siendo inmediatamente después trasladada procesionalmente a la Casa Consistorial, llevadas las andas por cuatro concejales del Ayuntamiento… Ofició de preste nuestro digno señor cura párroco, D. Gregorio Romeral Morales…

El señor cura párroco en elocuentísimo discurso cantó las alabanzas del Sagrado Corazón de Jesús, demostrando el derecho de Cristo Nuestro Señor para reinar sobre nuestros corazones, siendo su reinado el del amor, discurso que terminó con preces a Cristo Rey de la religión cristiana y al pueblo de Villafranca que fueron contestados con entusiasmo por todos los concurrentes”.

Años después la crónica corresponde a los días de la Semana Santa. Aparece en “El Castellano” del 22 de abril de 1922. Las iniciales que firman el artículo -C.G.P.- son de alguien natural de Villafranca: “No acierta mi pluma a describir el júbilo que embarga mi espíritu viendo como avanza mi pueblo hacia la verdadera civilización… termino mi crónica y orgullosísimo felicito a las autoridades eclesiásticas y civiles de este mi pueblo, dado por el sumo interés, que una vez más han demostrado; felicito a mi pueblo y me felicito orgullosísimo viendo como avanza por el camino de la verdad y del bien, mi hogar, mi patria chica”. Del siervo de Dios se afirma continuamente que “con elevada frase y profundo sentimiento conmueve al auditorio”.

De 1926, es la crónica que publica “El Castellano”, el 25 de octubre, haciendo referencia a la fiesta de la Virgen del Pilar. “Precedida por la noche de un alegre repique de campanas, con disparos de cohetes y bombas, se verificó el día 12 por la mañana una solemne función religiosa dedicada a la excelsa Patrona (de la Guardia Civil)… En la iglesia parroquial, profusamente iluminada, gracias a la generosidad del señor cura párroco don Gregorio Romeral […] ocupó la Sagrada Cátedra el señor Romeral, que con fácil y cálida palabra ensalzó, en brillantes párrafos, el objeto del homenaje, logrando semejanzas tan conmovedoras y oraciones tan llenas de ternura que hizo respirar un hálito de emoción a todos los presentes; terminando éste, se reunieron todas las fuerzas vivas de la población en la casa cuartel…”.

En 1935 regresa a su pueblo natal. En los listados de los sacerdotes mártires publicados en el “Boletín del Arzobispado” aparece como regente de Villafranca de los Caballeros el siervo de Dios Julián Muñoz Cuesta.

Cuando en Consuegra estalla la persecución religiosa las detenciones de los sacerdotes y religiosos dieron comienzo el 21 de julio de 1936 con el encarcelamiento de los Hermanos de la Doctrina Cristiana (La Salle). Don Gregorio, pasado el primer mes, fue detenido el 11 de agosto y, posteriormente, el 14, puesto en libertad, y vuelto a detener más de una vez.

Tras el verano solamente quedaban dos sacerdotes con vida. El siervo de Dios Vidal Díaz Cordovés, canónigo de la Catedral Primada, será sacrificado el último, el 14 de noviembre. Nuestro protagonista fue llevado al cementerio de Mora de Toledo, el 7 de noviembre, y allí fue allí asesinado.

Curiosamente y aunque el regente de Villafranca de los Caballeros, el ya citado siervo de Dios Julián Muñoz, sufrió un martirio espantoso, en dicho pueblo lograron salvarse don Ernesto Díaz Alberca [había sido ordenado el 6 de junio de 1936, siendo designado a desempeñar la Coadjutoría de su pueblo natal, falleció en 1942, a los 30 años de edad]; don Félix Aranda González, ecónomo de Villatobas [+1945]; don Cecilio Talavera Gasco, regente de Carmena [+1970]; don Román Beteta, ecónomo de Villaseca de la Sagra [+1955]; todo ellos hijos del pueblo. Además cuatro seminaristas, de ellos uno diácono y otro subdiácono. El Comité los citó a todos, obligándoles a despojarse de los hábitos talares y les hizo trabajar en bodegas y lagares, sin que se tomaran contra éstos medidas de mayor violencia.