TOMÁS GALINDO ROMERO
Párroco de Mocejón (Toledo)

Nació el 30 de julio de 1896, en Riopar (Albacete). Fue bautizado el 20 de agosto con los nombres de Tomás Fabián Senén. Sus padres se llamaban Francisco y Elena. Tras realizar sus estudios en el Seminario Conciliar de Toledo, recibió el sagrado orden del subdiaconado el 16 de marzo de 1918. Conservamos este poema, de septiembre de 1917, publicado en una estampa siendo seminarista, con motivo del III centenario del Santísimo Cristo de los Milagros de El Bonillo (Albacete).

Un año después aparece publicado en “El Castellano” un extenso artículo titulado “La Cruzada: Ora et Labora” sobre la necesidad de la prensa católica para enfrentarse a la masonería.

«¡Católicos, Dios lo quiere! ¡A la Cruzada! Católicos es preciso acudir al llamamiento que se nos hace para que nos alistemos como Cruzados bajo las banderas del invicto capitán Cristo Jesús. Para luchar conviene que vayamos armados con la confianza en Dios, la caridad, la modestia, la obediencia y la veracidad, que son las armas de ley de esta milicia valiente y aguerrida y que constituyen al mismo tiempo la garantía del triunfo […]. Es necesario que nos convenzamos de que es preciso trabajar, y para ello nada mejor que ingresar en la Cruzada de la Prensa, donde a las órdenes de esforzados capitanes lucharemos unidos y organizados y marcharemos seguros a la victoria que sería como el perfeccionamiento de nuestros periódicos […]».

Tras recibir el diaconado, finalmente fue ordenado sacerdote, el 5 de abril de 1919, de manos del cardenal Victoriano Guisasola. Después de sus primeros destinos, el 31 de diciembre de 1924 aparece en “El Castellano” el nombramiento de don Tomás como regente de los pueblos toledanos de Ontígola y Oreja. Antes del año, el 26 de septiembre de 1925, recibe el nombramiento de coadjutor en Las Ventas con Peña Aguilera (Toledo).

En 1926, fue nombrado coadjutor de Menasalbas (Toledo). “El Castellano” recoge extensa noticia -el 11 de octubre de 1926- con motivo de la fiesta religiosa solemnísima que “fue dedicada a los Sagrados Corazones por su Hermandad que no escatimó medios para que superase a la de años anteriores. Ocupó la Sagrada Cátedra nuestro estimado amigo el señor coadjutor don Tomás Galindo Romero, pronunciando un bello discurso sobre las palabras que el Sagrado Corazón dijera a Santa María Margarita de Alacoque, con la unción y elocuencia en él acostumbradas”.

“[…] La fiesta del Libro también de nueva creación por reciente Real Decreto, se ha celebrado en esta villa (de Menasalbas)… Después el señor coadjutor, requerido por el señor alcalde, habló a los niños dándoles consejos que no por advertidos deja de ser muy conveniente repetir, dada la psicología infantil y tomando motivo del Quijote expuso cosas que deben saber los niños que… no debieran olvidar los mayores… En la escuela de niñas… invitado nuevamente, dirigió la palabra don Tomás Galindo Romero para cantar un himno al Quijote, a Cervantes, a la mujer española y para felicitar efusivamente a la señora maestra por la corrección y compostura de las niñas, a las cuales alabó por su aplicación y silencio, siendo muy aplaudido y felicitado […]”.

En “El Castellano” del 1 de octubre de 1927 varias noticias sitúan a nuestro protagonista en su provincia natal. Se trata de varios pueblos del arciprestazgo de Alcaraz (Albacete), por aquel entonces dependientes de la Archidiócesis de Toledo. En Villapalacios (Albacete) “ocupó la Sagrada Cátedra, don Tomás Galindo Romero, que estuvo elocuentísimo. El 18 dirigió nuevamente la palabra don Tomás Galindo para formar la Juventud Católica, que quedó constituida por todos los jóvenes de la localidad, con indescriptible entusiasmo. Por la tarde, después de una vibrante alocución del señor Galindo, se formó la asociación de Hijas de María entre las jóvenes”.

[…] “En el Salobre (Albacete) con motivo de una solemne función de acción de gracias a la Virgen de la Paz, patrona de este pueblo, con motivo del feliz regreso del joven valiente teniente de Regulares don Ramón Martínez, hijo de esta localidad. […] Ocupó la Sagrada Cátedra don Tomás Galindo, amigo de la infancia del joven teniente. Fue muy felicitado por su oración brillantísima”.

El Castellano” del 21 de julio de 1928 recoge la noticia de la fiesta solemnísima de la Virgen del Carmen en la localidad toledana de Cedillo del Condado. Nuestro protagonista es el predicador:

« […] El día 16 a las nueve, se celebró la santa misa… ocupó la Sagrada Cátedra el tan conocido y reputado orador don Tomás Galindo, que con su cálido verbo, cantó las excelencias de Nuestra Santísima Virgen cautivando a los numerosos fieles que invadían el templo. Merece los honores de ser publicada la poesía inédita suya con que saludó a la Santísima Virgen, que dice así:

Tu belleza radiante, cegó mis ojos,

clavándome en el pecho dulce saeta,

y a tus plantas divinas caigo de hinojos

porque tu amor tan sólo me hizo poeta.

Tú fuiste desde entonces la vida mía

y el manantial fecundo de mis amores,

y por Ti solamente, Virgen querida,

no he visto disipadas mis ilusiones.

Tú dictaste a mi oído, con voz sentida,

las más tiernas y dulces de mis canciones,

y a tu sombra divina, Madre querida,

se trocaron en dulces mis sinsabores.

Antes de que mis ojos vieran tus galas

caminé por el mundo desorientado,

mas tu flecha de amores rompió mis alas

teniéndome cautivo siempre a tu lado.

Virgen que te distingues por lo española,

iMadre del sol de amores, de luz, de gracias!;

quien mira tus hechizos una vez sola

de verlos y admirarlos nunca se sacia.

Yo estaba enamorado de tu hermosura,

de tus galas, tus glorias y tu ambrosía,

pero al querer cantarte, Doncella pura,

te pido que me inspires Virgen María,

y que perdones, Madre, si en mi locura,

pensé con mis estrofas orlar tu frente,

pues al mirar despacio tus galanuras

las cuerdas de mi lira cuelgo impotente.

El señor Galindo, tan elocuente orador como esclarecido poeta, fue felicitadísimo».

El “Anuario Diocesano” de 1930 le coloca como regente de Casas de Lázaro (Albacete) el curso 1929-1930.

El 15 de abril de 1930 encontramos otra noticia en un curioso periódico que se publicaba en Almansa (Albacete) se llamaba “Corazón” y era un periódico quincenal infantil. El propósito de la publicación era “proporcionar lectura sana que, al mismo tiempo que os deleite y entretenga, os instruya…”. No menos curiosa es la descripción de lo que allí se nos narra:

TOMASICO. Todavía recordamos -¡y hace ya veinticinco años!- al niño aquel delgadillo y apocado que “se chupaba el dedo” -el índice de la mano derecha-, sentado como estaba en su sitio, en el extremo del banco diestro, paralelo a la mesa del profesor, extremo que caía junto a la ventana que daba sobre la puerta de la calle.

Tomasico se hizo sacerdote, licenciado en Sagrada Teología y gran predicador. Ahora es don Tomás Galindo Romero y ha predicado un novenario al Santísimo Cristo en “Justinianas”, iglesia de Albacete.

Carta que tenemos a la vista dice así. “No os podéis figurar el público que ha ido a oírle y lo mucho que ha gustado. Tiene un estilo así, a lo Vázquez Camarasa [1]”.

Por nuestra cuenta añadimos que ya “no se chupa el dedo”; que quienes se chupan los suyos respectivos son los que van a oírle[2]. ¡Vaya, vaya con Tomasico!

[N.R. 1.- Se refiere a Enrique Vázquez Camarasa, canónigo de la Catedral de Madrid, que fue designado por el mando republicano para entrar, el 11 de septiembre de 1936, en el Alcázar durante el asedio del mismo.

N.R. 2.- Conservamos noticias del diario “ABC” sobre importantes novenarios que predicó el siervo de Dios: en enero de 1928, la novena del Santo Niño Jesús del Remedio de Madrid; en junio de 1932, los cultos al Sagrado Corazón de Jesús en la parroquia de Ntra. Sra. del Pilar de Madrid; el 9 de mayo de 1935 podemos leer: “en la tarde de ayer terminó en la parroquia de San Jerónimo el Real el solemne triduo dedicado a San José, que revistió el tradicional esplendor de siempre. Predicó las tres tardes el elocuente y fervoroso orador sagrado D. Tomás Galindo Romero, quien con palabras de apóstol, encendida y vibrante, cantó las glorias del Santo Patriarca, y supo llevar a los fieles la emoción y el entusiasmo”; el 5 de junio de 1936 leemos: “mañana, sábado, a las seis y media de la tarde, dará comienzo la tradicional novena que al glorioso taumaturgo dedica anualmente la antiquísima Congregación de San Antonio de Padua. La cátedra sagrada, que desde hace años viene siendo ocupada por eminentes figuras, estará en el presente por el doctor en Teología D. Tomás Galindo Romero, de la archidiócesis de Toledo”.].

Estando en el arciprestazgo de Alcaraz (Albacete), “El Castellano”, del 25 de junio de 1930, da extensa noticia de una Asamblea Regional Mariana, con solemne procesión de la Virgen de Cortes: presencia del Obispo auxiliar, monseñor Feliciano Rocha Pizarro, que celebra la misa de comunión a primera hora; luego, misa solemne; comida y, por la tarde, velada literario musical; todo finaliza con la solemne procesión. En la velada literario musical leemos:

«Habla a continuación don Tomás Galindo Romero, quien saluda al ilustrísimo señor obispo y le hace presente el agradecimiento de todo el Arciprestazgo por haberse dignado presidir estos actos. Le ruega que, al llegar a Toledo, haga también presente al eminentísimo señor Cardenal Primado (Pedro Segura) el saludo y fervorosa adhesión del Arciprestazgo de Alcaraz, que le diga que sus sacerdotes de la provincia de Albacete, quieren ser los primeros, quieren figurar muy cerca de su glorioso capitán, quieren marchar en todo momento con él a la cabeza de ejército mariano. Una prolongada salva de aplausos corona el brillante y fogoso discurso del señor Galindo».

El siervo de Dios regresa a tierras toledanas para encargarse de la parroquia de Puebla de Montalbán (Toledo), siendo también arcipreste de la zona.

El lunes 23 de octubre de 1933, “El Castellano” recoge la siguiente noticia: “Puebla de Montalbán. Peregrinación a San Pedro Alcántara”.

«Organizada por el señor cura de esta parroquia, don Tomás Galindo Romero, una peregrinación a Arenas de San Pedro, para pedir por la Iglesia y por España, cabe el sepulcro del santo franciscano, fue un verdadero éxito. Puebla de Montalbán que está dando verdaderas pruebas de resurgimiento espiritual, respondió brillantemente a la iniciativa.

Los autobuses de la Sociedad “La Numantina” partieron llenos completamente de peregrinos a las cinco de la mañana del día 19 para Arena de San Pedro. Los que marchaban animosos a postrarse ante el sepulcro de San Pedro Alcántara constituían una genuina presentación de este católico pueblo en todas sus clases sociales, que fundidos en un mismo y santo anhelo, daban una sensación de grata armonía, que solo se consigue mediante la religión y la fe. El viaje felicísimo, fue motivo y manifestación de la sana alegría de los peregrinos, que al llegar al convento de los padres franciscanos causaron la admiración de los primeros romeros que de tierras de Toledo y Ávila acuden anualmente a rendir ferviente homenaje a la virtud austera del santo franciscano.

“Es una peregrinación de Puebla de Montalbán”, se decían, y como movidos de la misma fe, se unieron a los peregrinos y llenaron por completo el templo, mientras el señor cura y coadjutor eran recibidos por el padre guardián del convento con exquisita amabilidad que responde a su bondad y al grato recuerdo que tiene de los hijos de la Puebla, en cuyo convento residió.

Minutos después comenzó la Santa Misa, que cantó nuestro señor cura y fue oficiada por la “Schola parroquial”, que componen distinguidas señoritas de la Puebla, bajo la dirección del competente “maestro” y coadjutor de la parroquia, don Daniel Ruiz Bejerano […].

Hora Santa. No obstante ser un día de tanto movimiento en la casa e iglesia del convento, gracias a la amabilidad de los padres, pudimos celebrar este ejercicio de los Jueves Eucarísticos […].

Los asistentes a la romería parecían unidos a la peregrinación, pues en todos los actos estaban presentes, entre admirados y fervorosos.

Regreso. Después de la procesión se emprendió el regreso a la Puebla, adonde se llegó a las ocho y media, contentos y satisfechos de la peregrinación, templando el espíritu y oxigenando el cuerpo.

El ejemplo cunde, pues entre algunos caballeros surgió la idea de rogar al señor cura que organice otra peregrinación solo para caballeros, ya que ha quedado bien patente, en las dos que van ya realizadas, el espíritu de organización que las orienta y preside. La idea, al ser expuesta al señor cura, fue acogida con cariño, como todo lo que proceda de sus feligreses y pueda redundar en bien espiritual de los mismos».

Finalmente en 1935 es destinado a Mocejón (Toledo). Cuando en el verano de 1936 lleguen los días de la persecución religiosa, en vista del aspecto que tomaban los acontecimientos en el pueblo, creyó prudente ausentarse de él el 21 de julio y marchó a Nambroca (Toledo), donde pudo confesarse con el párroco, Francisco Vargas Rojo [3], que era compañero de curso.

[NR. 3.- Éste estuvo oculto hasta el 26 de julio, consiguió llegar a su pueblo natal -Almonacid de Toledo- y pasó a la zona nacional. Sobrevivió a la persecución. Regresó a la diócesis, siendo nombrado párroco de Villacañas. Murió a los 46 años, en 1942].

El 21 de julio el alcalde de Mocejón se apoderó de las llaves del templo, que sería saqueado en el mes de septiembre. El sacristán se ocupó de consumir las Sagradas Formas, evitando de esta manera el sacrilegio. El templo parroquial sería destinado a garaje, cuadra y cocina.

 Don Tomás estuvo después vagando tres días por el campo hasta que el 24, delatado por un feligrés suyo, fue conducido a su parroquia y asesinado junto a las tapias del cementerio de Mocejón.