MIGUEL TORIJA PÉREZ
 Ecónomo de Cabanillas del Campo (Guadalajara)

Miguel nació en Consuegra (Toledo) el 7 de diciembre de 1869. Un hermano suyo, Eustaquio, un año mayor que él, también será sacerdote (se ordenó en 1890 y conseguirá salvar su vida durante los años de la persecución religiosa). Miguel realiza todos sus estudios en el Seminario Conciliar de Toledo. Cuando los concluye la sede de San Ildefonso se encuentra vacante: el cardenal Miguel Payá ha fallecido el 24 de diciembre de 1891 y el cardenal Antolín Monescillo no será preconizado, por León XIII, como Primado de España hasta el 11 de julio de 1892. Un mes antes, el once de junio de 1892, el Siervo de Dios recibe la ordenación sacerdotal. Tras sus primeros destinos esto es lo que sabemos de él.

El 22 de septiembre de 1907 don Miguel tomó posesión de la parroquia de Robledillo de Mohernando (Guadalajara). La crónica del día afirma que “el recibimiento no pudo ser más entusiasta y cariñoso. Dióle posesión su hermano don Eustaquio… Se celebró una solemne fiesta a la Santísima Virgen, dirigiendo la Divina palabra el nuevo párroco. El auditorio quedó altamente satisfecho. A la salida del templo se tiraron las monedas de costumbre, y después, entre vítores y aclamaciones, pasaron a la casa del párroco, donde se sirvieron pastas y vino a todos los acompañantes” (“El Castellano”,  5 de octubre de 1907).
“La Crónica”, “periódico político, noticiero y de intereses provinciales” publicado en Guadalajara, con fecha del 1 de octubre de 1908, recoge la fiesta que a Nuestra Señora de las Angustias se le dedica en Robledillo de Mohernando: “La misa la celebró el párroco de este pueblo don Miguel Torija… La cátedra del Espíritu Santo, estuvo a cargo del infatigable, digno e ilustrado párroco de esta localidad, quien con su maestría y elocuencia que le distingue, puso de manifiesto una vez más sus dotes oratorias, por lo cual le damos nuestra más cordial enhorabuena”.
El “Anuario Diocesano” publicado en diciembre de 1929 recoge que el Siervo de Dios ejerce como párroco de Valmojado (Toledo). El “Boletín eclesiástico de Toledo”, de octubre de 1934, informa del nombramiento como cura propio (por permuta) de Cabanillas del Campo (Guadalajara), a favor de don Miguel Torija Pérez.
Por último, el Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Toledo, cuando finalizó la contienda, publicó en siete páginas la interminable “Relación nominal de sacerdotes martirizados durante la pasada revolución en la Archidiócesis de Toledo”. En el encabezamiento puede leerse: “Se pone en Apéndice de la Estadística diocesana (una sección que tenía el Boletín) la lista de sacerdotes mártires, como debido homenaje de la Archidiócesis a quienes rubricaron con su sangre generosa el ministerio sacerdotal. Parecía necesario hacer constar, junto a la orfandad de la Diócesis, el nombre y cargo de los sacerdotes cuya muerte la ha producido y con cuya protección espera confiadamente resurgir.
Sirva esta relación asimismo para satisfacer el legítimo anhelo de cuantos desean conocer el volumen glorioso y abrumador de nuestros sacerdotes mártires, mientras se ultima la preparación de la historia detallada de su martirio, del trastorno producido en nuestras iglesias por la revolución, y de los esfuerzos llevados a cabo por los sacerdotes y fieles para restaurar el culto en forma decorosa”.
El número de sacerdotes mártires computados es de 292. El Siervo de Dios Miguel Torija Pérez aparece con su último nombramiento: coadjutor de Casarrubios del Monte (Toledo).
Rivera Recio afirma en su obra “La persecución religiosa en la diócesis de Toledo” que el Siervo de Dios “se hallaba convaleciente en Los Yébenes, en el domicilio de sus familiares”.
Sobre esto, el padre escolapio Fernando Torija, destinado en el Colegio Calasanz de Medellín (Colombia), nos ha contado que “mi familia era de hondas raíces cristianas. Mi abuelo -el padre de mi madre- era sacristán de la parroquia y mi padre, Pedro Torija, fue alumno de los escolapios del Colegio de San Antón de Madrid. Como era técnico de Correos, fue destinado a Los Yébenes y allí formó su familia”. Este es el motivo por el cual encontramos al Siervo de Dios Migue Torija en Yébenes porque estaba en casa de su sobrino Pedro, descansando y recuperándose de unas dolencias“que estaba recuperándose en casa de su sobrino Pedro, mi padre”.
“El 9 de agosto fue sacado de la casa donde se encontraba y a duras penas y malos tratos, conducido al paredón del cementerio fue allí fusilado. Enterrado allí mismo, fue exhumado su cadáver el 18 de octubre de 1939, notándose que tenía fracturados un brazo y una pierna. Actualmente reposa en la capilla de los mártires de la iglesia parroquial”.