ALEJANDRO MONTERO SILVÁN
Coadjutor de la parroquia de Santa María la Mayor de Talavera de la Reina (Toledo)

El “Anuario Diocesano” del año 1930 recoge en sus páginas que el Siervo de Dios Alejandro Montero (en la foto, bajo estas líneas, con un círculo) figura, en primer lugar, junto a Bernardo Sánchez Hernando y José Julián Martínez Sánchez como coadjutores de la parroquia de Santa María la Mayor de Talavera de la Reina. El Beato Saturnino Ortega era el párroco (en la foto, bajo estas líneas, aparece el segundo de los sentados por la derecha). Como capellanes figuran además los sacerdotes Manuel Mazuecos Suárez y Mariano Mora Fernández. Todos lograron salvar sus vidas, a excepción de don Mariano Mora que falleció, por enfermedad, años antes de que estallara el conflicto bélico y de los dos mártires: el Beato Saturnino y nuestro protagonista.

La postulación conserva esta foto que fue tomada en la ermita de Santa Apolonia, en las afueras de Talavera de la Reina.

Los retratados son todos sacerdotes menos el Siervo de Dios Manuel Martín: ¡nuestro famoso portero de fútbol, del Club Deportivo Talavera! Seglar, que era vicepresidente de la Unión Diocesana de Toledo y directivo del Centro de la Acción Católica de Talavera de la Reina. Revestido de sobrepelliz, con el típico bonete de tres picos, está claro que, mientras extiende la mano para bendecir, gasta una broma para la foto. Tal vez  se ha provisto del sobrepelliz y el bonete del sacerdote de su izquierda (que es al único que le falta el sombrero), se trata del Siervo de Dios Manuel de los Ríos. Ambos son mártires de la persecución religiosa.
Luego el primero de la derecha es don Bernardo Sánchez, coadjutor de Santa María la Mayor. Por la izquierda: don José Julián Martínez, coadjutor de Santa María la Mayor; don Manuel Mazuecos, capellán de san Prudencio y don Félix Jiménez, capellán de la Enseñanza.

Alejandro había nacido en Almorox (Toledo) en 1891. Realiza sus estudios en el Seminario de Toledo. “El Castellano” recoge en sus ediciones del 4, 11, 13, 28 y 30 de septiembre de 1915 su nombre con la siguiente noticia curiosa: “Excedentes del cupo del 12, acudid al curso especial que abre esta Escuela (Escuela Militar Toledana) el 1º de octubre, para no estar más de 20 días en filas. Leed el Estado que abajo acompaña y veréis los resultados obtenidos”. Y por el pueblo de Almorox figura nuestro protagonista, que pertenecía a los excedentes del 14 por el cuerpo de Sanidad y que sólo estuvo 20 días en filas… Con la expeditiva frase: “Todos estos individuos se encuentran desde hace días en sus hogares”  concluye la noticia. Alejandro estaba en los últimos años de sus estudios. En 1917 recibiría la ordenación sacerdotal.

Tras sus primeros destinos, don Alejandro recibirá la palma del martirio ejerciendo de coadjutor de la parroquia de Santa María la Mayor y como capellán de las carmelitas de Talavera de la Reina.

La Madre Natividad de Jesús, actual Priora del Carmelo de San José de Talavera de la Reina, al resumir las Crónicas de los años 1936-1939, explica que “el 24 de julio de 1936, a las cinco de la mañana, cuando la Comunidad entraba en la oración, sufrieron un terrible susto, pues pusieron a las puertas de la iglesia un gran petardo que hizo temblar todo el Convento. Pasaron las religiosas todo el día oyendo sin cesar insultos y amenazas y parecía a cada momento que se vendrían abajo las puertas, pues el populacho calumniosamente acusaba a las monjas de haber sido ellas las que habían hecho estallar el petardo, concitando contra ellas las iras populares. Al día siguiente sus temores se hicieron realidad, la aglomeración era tan imponente, que el Sr. Capellán, don Alejandro Montero, que sería asesinado poco después en Madrid, consumió el Santísimo Sacramento en medio de las lágrimas y angustia de las religiosas, mientras oían el tumulto cada vez más atronador… a las seis de la tarde empezaron a sacar del convento a las diecinueve religiosas, llevándolas a casa de los amigos que les indicaban” (Jesús Fernández-Gallardo, Los conventos toledanos en la diáspora (1936-1939) “Tiempos recios” . Publicado en Toledo, 2000. Páginas 118-119).

La siguiente escena tiene lugar en Madrid, el padre y el hermano del Siervo de Dios testifican en los documentos recogidos por la “Causa General” que fue detenido en el domicilio en el que residía. En la declaración de su padre, Elías Montero Bueno, tomada en Madrid el 10 de agosto de 1938, afirma que su hijo que es “sacerdote y capellán, de 45 años, fue detenido el 17 de octubre de 1936 en la calle de La Coruña, nº 7 de Madrid… Y que fue amenazado por Tomás S. con un navaja, mientras le dijo: “porque eres viejo (73 años) que si no te acuchillaba, pero a tu hijo el sacerdote como lo coja lo hago añicos”. Por otra declaración de su hermano Felipe, sabemos que fue detenido el 17 de octubre de 1936 “por la Brigada de Investigación de Santo Domingo y conducido a la Checa que había en la calle Bravo Murillo, de dicha Brigada. Que al siguiente día cuando fueron a llevarle el desayuno, ya no se encontraba, porque según les manifestaron había sido puesto en libertad, siendo asesinado en Vallecas”. Identificado su cadáver en Vallecas “por las iniciales de la ropa y los gemelos”, al no haber sido reclamado por nadie, más tarde fue trasladado a la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos (Madrid).