PRUDENCIO GALLEGO VILLAMAYOR
Capellán de Franciscanas de Siuela (Badajoz) y párroco de Garbayuela
 

Recapitulando todos los datos que citábamos semanas atrás al referirnos a las Clarisas de Siruela sabemos que “el domingo 19 (de julio) vino el Sr. Capellán a darnos la Sagrada Comunión... Ayer lunes, por la tarde, han llevado al Señor Capellán (Siervo de Dios Prudencio Gallego) a la cárcel…

Y en la libreta de anotaciones de don Antonio Risco se lee en el mes de agosto: “Caedes 12 hominum hujus pópuli inter quos Praesb. Yldeph. Prudent. post minus mensis cárceris et male tractati” (Son asesinados 12 hombres del pueblo entre los cuales los presbíteros Ildefonso y Prudencio después de menos de un mes de cárcel y malos tratos).

Para los que viven en otras zonas de nuestra extensa Archidiócesis les recordamos que los mártires sobre los que estamos hablando a lo largo de estas semanas eran naturales y trabajaban en la llamada Siberia extremeña.

Según algunos este nombre fue impuesto por el duodécimo duque de Osuna, Mariano Téllez-Girón (1814-1882), señor de estas tierras, quien, a mediados del siglo XIX pasó más de diez años como embajador en Rusia. Aunque en realidad, sencillamente se cree que aludía al atraso de la comarca, a la falta de vías de comunicación, a su aislamiento, marginación y abandono que históricamente ha sufrido. Lo cierto es que, ya en 1908, en un artículo de prensa sobre la comarca, se habla de la Siberia extremeña.

La Siberia está formada por 17 municipios pacenses: Baterno, Casas de Don Pedro, Castilblanco, Esparragosa de Lares, Fuenlabrada de los Montes, Garbayuela, Garlitos, Helechosa de los Montes, Herrera del Duque, Puebla de Alcocer, Risco, Sancti-Spíritus, Siruela, Talarrubias, Tamurejo, Valdecaballeros y Villarta de los Montes. De los 17 pueblos solo Esparragosa pertenece a la Archidiócesis de Mérida-Badajoz.

El Siervo de Dios Prudencio Gallego Valmayor había nacido el 14 de diciembre de 1900 en Tamurejo (Badajoz). Sus padres se llamaban Marcos y María de la Paz. Tras sus estudios en el Seminario Mayor de San Ildefonso de Toledo fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 1927. Su primer destino fue Villarta de los Montes (Badajoz) pueblo que atendía con otro sacerdote, ya que por aquel entonces el pueblo pasaba de los 2.000 habitantes. De Villarta fue trasladado de ecónomo a Garbayuela (en el Anuario Diocesano se nos dice que contaba con 886 habitantes). Finalmente, se le traslada a Siruela (Badajoz) pasando a formar parte del clero de este pueblo (5.160 habitantes) junto al párroco, el Siervo de Dios Pedro Manuel Perezagua; el coadjutor, don Antonio Risco (al que nos referíamos hace unas semanas) y él, que pasa a ocupar la capellanía de las Clarisas Franciscanas. Desde Siruela estuvo atendiendo Garbayuela. Las Clarisas todavía recuerdan que días antes de ser detenido las animaba y transmitía fuerza para superar las pruebas, mientras exclamaba: “-¡Qué días tan amargos nos esperan!”.

Cuando estalla la guerra, su madre le decía, ante el cariz que tomaban los acontecimientos: “-Prudencio, ¿porqué no nos vamos a Garbayuela?” A lo que él respondía que allí (en Siruela) no había nada que temer. Tal vez, por no abandonar a sus monjas… La familia recuerda que cuando años después su madre expiró se le iluminó el rostro, mientras exclamaba: “-¡Hijo, hijo!”.

Así pues, el 20 de julio de 1936 fueron detenidos, Don Prudencio y Don Ildefonso junto con algunos seglares. Esos días el párroco de Siruela, don Pedro Manuel Perezagua estaba de vacaciones con su familia en Sonseca, de donde era natural, aunque también él correría allí la misma suerte, siendo asesinado el nueve de septiembre.

Don Prudencio y don Ildefonso soportaron brutales palizas en la cárcel de Siruela (Badajoz), situada próxima al Ayuntamiento. Una tal Patro, que tenía acceso a la cárcel, para llevarles la comida relató cómo estaban los presos. Don Prudencio de una paliza perdió un ojo. La colchoneta donde descansaba estaba llena de sangre. Y la mujer decía: “-Don Prudencio estaba como un Nazareno”. A su familia la pidió un jersey: ¡en pleno agosto y en Extremadura!... siempre creyeron que era para aminorar los golpes en las palizas que recibían. En la cárcel también se le escuchó ofrecerse por los que tenían familia: “-Si es suficiente con mi muerte, dejad a los demás que tienen familiares, esposa, hijos…”.

Ambos sacerdotes pudieron confortar y absolver a sus compañeros de cautiverio. Finalmente, los Siervos de Dios Prudencio Gallego e Ildefonso Nieto, en la madrugada del 18 de agosto fueron ametrallados junto a once seglares más. En los estadillos de la “Causa General” junto al nombre de los sacerdotes se señala que no pertenecían a ningún partido político. Se dice que durante su detención se les obligó a quemar las imágenes de la Iglesia. Sus cuerpos reposan en una capilla de la parroquia de Nuestra Señora de la Antigua de Siruela (Badajoz).